Oración para antes de la lectura:

Ven Espíritu Santo, Espíritu de Sabiduría y apoyo nuestro, queremos entender la palabra de Dios tal como tú la inspiraste. Infunde en nosotros el amor por la Palabra que es fuente de vida; y por favor, mueve nuestra voluntad para hacer que la Palabra de Dios se haga vida y obra en nosotros.
Te lo pedimos en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, amén.

Primera Lectura

Is 35, 1-6a. 10

Dios viene en persona y los salvará

Lectura del libro de Isaías.

EL desierto y el yermo se regocijarán,
se alegrará la estepa y florecerá,
germinará y florecerá como flor de narciso,
festejará con gozo y cantos de júbilo.
Le ha sido dada la gloria del Líbano,
el esplendor del Carmelo y del Sarón.
Contemplarán la gloria del Señor,
la majestad de nuestro Dios.
Fortalezcan las manos débiles,
afiancen las rodillas vacilantes;
digan a los inquietos:
«Sean fuertes, no teman.
¡He aquí su Dios! Llega el desquite,
la retribución de Dios.
Viene en persona y los salvará».
Entonces se despegarán los ojos de los ciegos,
los oídos de los sordos se abrirán;
entonces saltará el cojo como un ciervo.
Retornan los rescatados del Señor.
Llegarán a Sion con cantos de júbilo:
alegría sin límite en sus rostros.
Los dominan el gozo y la alegría.
Quedan atrás la pena y la aflicción.

Palabra de Dios.

Salmo

Sal 146(145),6c-7. 8-9a.9bc-10

R. Ven, Señor, a salvarnos.

O bien:

R. Aleluya.

V. El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,
hace justicia a los oprimidos,
da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.

V. El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos. R.

V. Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sion, de edad en edad. R.

Segunda Lectura

St 5, 7-10

Fortalezcan sus corazones, porque la venida del Señor está cerca

Lectura de la carta del apóstol Santiago.

HERMANOS, esperen con paciencia hasta la venida del Señor.
Miren: el labrador aguarda el fruto precioso de la tierra, esperando con paciencia hasta que recibe la lluvia temprana y la tardía.
Esperen con paciencia también ustedes, y fortalezcan sus corazones, porque la venida del Señor está cerca.
Hermanos, no se quejen los unos de los otros, para que no sean condenados; miren: el juez está ya a las puertas.
Hermanos, tomen como modelo de resistencia y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor.

Palabra de Dios.

Evangelio

Mt 11, 2-11

¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

EN aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, mandó a sus discípulos a preguntarle:
«¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?».
Jesús les respondió:
«Vayan a anunciar a Juan lo que están viendo y oyendo:
los ciegos ven y los cojos andan;
los leprosos quedan limpios y los sordos oyen;
los muertos resucitan
y los pobres son evangelizados.
¡Y bienaventurado el que no se escandalice de mí!».
Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan:
«¿Qué salieron ustedes a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué salieron a ver, un hombre vestido con lujo? Miren, los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salieron?, ¿a ver a un profeta?
Sí, les digo, y más que profeta. Este es de quien está escrito:
“Yo envío a mi mensajero delante de ti,
el cual preparará tu camino ante ti”.
En verdad les digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él».

Palabra del Señor.