Diócesis de Fontibón
Parroquia Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
Lecturas del día martes, 22 de abril de 2025
Hch 2,14a.36-41
Conviértanse y sea bautizado cada uno de ustedes en el nombre de Jesús
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.
EL día de Pentecostés, decía Pedro a los judíos:
«Con
toda seguridad conozca toda la casa de Israel que al mismo Jesús, a
quien ustedes crucificaron, Dios lo ha constituido Señor y Mesías».
Al oír esto, se les traspasó el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
«¿Qué tenemos que hacer, hermanos?».
Pedro les contestó:
«Conviértanse
y sea bautizado cada uno de ustedes en el nombre de Jesús, el Mesías,
para perdón de sus pecados, y recibirán el don del Espíritu Santo.
Porque la promesa vale para ustedes y para sus hijos, y para los que
están lejos, para cuantos llamare a sí el Señor Dios nuestro».
Con estas y otras muchas razones dio testimonio y los exhortaba diciendo:
«Sálvense de esta generación perversa».
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día fueron agregadas unas tres mil personas.
Palabra de Dios.
Sal 33(32),4-5.18-19.20 y 22 (R. cf. 5b)
R. La misericordia del Señor llena la tierra.
O bien:
R. Aleluya
V. La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R.
V. Los ojos del Señor están puestos en quien le teme,
en los que esperan su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R.
V. Nosotros esperamos en el Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R.
Jn 20,11-18
He visto al Señor y ha dicho esto
Lectura del santo Evangelio según san Juan.
EN
aquel tiempo, estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras
lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco,
sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el
cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan:
«Mujer, ¿por qué lloras?».
Ella les contesta:
«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».
Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice:
«Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?».
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».
Jesús le dice:
«¡María!».
Ella se vuelve y le dice:
«¡Rabbuní!», que significa: «¡Maestro!».
Jesús le dice:
«No
me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, anda, ve a mis
hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre de ustedes, al Dios mío y
Dios de ustedes”».
María la Magdalena fue y anunció a los discípulos:
«He visto al Señor y ha dicho esto».
Palabra del Señor.